De repente y poco a poco un sofocante y sigiloso silencio llega a mi habitación, afuera poco a poco se han ido apagando las luces pero en mi interior por el contrario una leve y tenue chispa ilumina ese espacio vacío , donde resuena vagamente un lejano y prohibido nombre ... Respiro, doy vuelta, hacia un lado, hacia el otro , al filo de mi ventana. Las estrellas sonríen irradiantes y bellas , la noche ha llegado y con ella un par de lágrimas falsas y un suspiro prisionero que por fin encontró la tan ansiada libertad en un descuido mío, todos duermen en espera de un nuevo mañana que traerá consigo la indeseable rutina !!! Yo mientras tanto, sueño despierto atado a un desgastado y débil recuerdo que se niega a morir.
JOSE MANUEL ORTEGA